16/2/08

SECRETOS


La gente siempre me ha confiado sus secretos ¿Pero a quien se los confío yo?” Con esa frase comienza su relato Bárbara (Judi Dench) una maestra de historia madura quien trabaja de en una escuela en los suburbios de Londres, y entabla una amistad intima con su colega Sheba (Cate Blanchett), la profesora de arte, y guardan el secreto de un romance ilícito.
La trama da un giro intenso al enterarse Bárbara de la relación indebida de Sheba. Es ahí cuando entre estas dos mujeres comienza un vaivén de conflictos, donde Bárbara presiona a Sheba para que acabe con esa situación: El romance con su alumno Steven, de solo 15 años.
El guión está basado en la novela de Zoe Heller -la segunda de su carrera, que originalmente apareció en los EE.UU.-, fue publicada en 2003 y figuró entre las aspirantes al premio Man Booker. La película es protagonizada por Judi Dench, a quien recordamos por su papel en “Shakespeare enamorado” (Shakespeare in Love), donde ganó el premio de la Academia a la Mejor Actríz Secundaria por su interpretación de la Reina Isabel I.
Esta interpretación de Dench fue preeminente a lo largo de la película, a pesar de que el argumento no es nada extraordinario, se puede llegar a ver que su actuación fue casi la que sostuvo la cinta a lo largo de los 91 minutos. La cinta deja al espectador con la duda qué fue lo que le gustó, si la película o su actuación, pero sin desmerecer en nada a los otros actores.
Tenemos a una Cate Blanchett ganadora del premio de la Academia a la Mejor Actriz Secundaria por su interpretación de Katherine Hepburn en “El aviador” de Martin Scorsese, quien se deja ver después del poco éxito que tuvo con “Babel”. Aquí la vemos en un rol totalmente distinto, haciendo de una mujer que a mas de uno dejará atónito, con su doble vida dentro de la trama: La mujer que sacia sus más oscuros deseos con un chico de quince años, y la esposa, madre, maestra abnegada. Es ahí donde llegaremos a preguntarnos hasta dónde comienza los deseos de ella y donde termina su rol de mujer casada.
En el papel del esposo Richard Hart (Billi Nighy) vemos quien su ultimo trabajo fue “Los Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto”, donde le daba vida a Davy Jones. Aquí representa a un hombre que ama a su esposa e hijos.
Y finalmente, pero no menos importante, en el papel de Steven Connolly (Andrew Simpson) al joven que será la manzana de la discordia entre estas dos mujeres: Para Sheba no es mas que un objeto de deseo y placer, con su actitud irreverente y desafiante, dejará a mas de uno “pasmado”, en especial a Bárbara. Hay de todo deseo, exceso, amistad, odio, dolor.-

Titulo: “Escándalo”
Titulo original: “Notes on a scandal”
Genero: Drama
Dirección Richard Eyre
Guión: Patrick Marber
Intérpretes: Judi Dench, Cate Blanchett, Billi Nighy, Andrew Connolly, Tom Georgeson, Michael Maloney, Joanna Scanlan.
Fotografía: Chris Menges
Música: Philip Glass
Montaje: John Bloom, Antonia Van Drimmelen
Origen: Inglaterra (2006)
Duracion: 91 minutos
Web: www.escandalo-lapelicula.com
Distribuidora: Fox

TRAS EL MURO


Cien mil agentes y 300 mil informantes vigilan cada día la vida de sus compatriotas. Ese es testimonio que nos deja el filme alemán ganador del Oscar 2007 a la mejor película extranjera. “La vida de los otros”.
El capitán de la RDA (Republica Democrática Alemana) Gerd Wiesler es agente de la policía secreta STASI. En 1984 le encargan que espíe al escritor Georg Dreyman (Sebastian Koch) y la popular actriz Christa-Maria Sieland. A partir de ese momento nos adentraremos en la vida de estos personajes y llegaremos del odio a la compasión. El actor Ulrich Mühe -quien falleciera poco después de recibir el Oscar- hace una magistral interpretación que opaca hasta las de sus compañeros de reparto. Él es agente Wiesler, quien nos llevará a una parte de la Alemania comunista que no conocíamos, donde los agentes de la STASI (sigla en alemán del Ministerio para la Seguridad del Estado) vigilan noche y día el comportamiento de sus compatriotas. Su vida era la de los otros.
Al principio de la película vemos a un hombre aparentemente sin sentimientos y solo con una misión. Esa misión se pondrá en riego cuando tenga que espiar al escritor: hay momentos de alto contenido emocional para el personaje, donde su desesperación de ser diferente lo lleva a sentir que estar vigilado a este hombre sea placentero, llegado al punto de querer ser parte de esa vida: al oir una sonata que es tocada por el escritor y llorar, o cuando roba un libro de poemas de Bertold Brecht. Es la desesperación de alguien que quiere tener vida propia.
El papel del escritor lo interpreta Sebastián Koch -quien no lo hace nada mal comparándolo con Mühe-, nos demuestra un personaje apasionado por su arte, y atormentado por no luchar por sus ideales con sus compañeros, dado que para él la forma de vivir con el sistema -donde la libertad es una ironía-, y para que el mundo conozca sus obras, es estar en contra de sus ideales y dentro del sistema -para no terminar en la lista negra de la RDA-.
El escritor mantiene una relación amorosa con la actriz Christa-Maria Sieland que pasara en la películas por muchos alti bajos. La actriz Martina Gedeck es quien hace la interpretación de Christa-Maria, una actriz de teatro muy reconocida en la RDA, quien se ve atormentada por no estar segura de su talento y controla su vida tomado calmantes. Bruno Hempf, el ministro de Cultura, se encapricha con la actriz, y da un vuelco a la historia. El jefe Grubitz es el superior del agente Wiesler; y está el ayudante de este -que es poco avispado- a quien el Wiesler trata de dejar fuera de la misión. No hay que negar que esta película tiene de todo, y fue una excelente manera de despedir a Mühe.-

Título: La vida de los otros
País Alemania
Año 2006
Duración 144 minutos
Dirección: Florian Henckel Von Donnersmarck
Dirección artística: Silke Buhr
Producción: Quirin Berg
Max Wiedemann
Guión: Florian Henckel Von Donnersmarck
Música: Gabriel Yared / Stéphane Moucha
Fotografía: Hagen Bogdanski
Montaje: Patricia Rommel
Vestuario: Gabriele Binder
Reparto: Ulrich Mühe / Martina Gedeck / Sebastian Koch / Ulrich Tukur

EL HOMBRE DEL PUEBLO

>El documental “Cocalero” –del brasileño Alejandro Landes- se pone en cartel este jueves en el Espacio 73. Latinoamérica entera se muestra ahí. Un espejo para vernos... Si queremos.
El brasileño Landes –director- se crió en Ecuador, estudió en Estados Unidos –Universidad de Brown, de donde egresa en 2003 con un título en política económica-, escribió en The Miami Herald y en televisión trabajó en el programa Oppenheimer Presenta. Viajó a Bolivia a realizar este documental, y actualmente reside en Buenos Aires. El director de fotografía José Manrique Behrens es venezolano, se graduó en Emerson College en comunicación, fue productor y editor en televisoras de Latinoamérica y los Estados Unidos, obtuvo un diploma en cinematografía en Praga y viajó por África, Latinoamérica y Europa, filmando y editando documentales y comerciales para televisión. La productora Julia Solomonoff –rosarina- fue asistente de dirección en “Diarios de Motocicleta”, dirigió su largometraje “Hermanas”, y ha realizado importantes trabajos en cine y televisión.
Un promisorio equipo para una aventura fílmica completa: Recorrer los últimos 60 días de la campaña presidencial de Evo Morales en Bolivia. Desde el monte hasta la ciudad, desde el campesino cocalero al trabajador urbano, desde la indiferencia al fanatismo, todo Bolivia es registrado en torno de la figura de su más icónico líder. El equipo no solo filma, sino que vive una transformación permanente, y un pueblo entero atraviesa el lente y el micrófono para hacerse parte de algo inimaginable: Los hijos de la tierra, los verdaderos dueños de América, reclamando su derecho a gobernarse y decidir.
La cámara registra -en tiempo televisivo- instancias íntimas de una campaña electoral. Los simbolismos musicales propuestos juegan a traición, y el sonido –arrebatador y descarnado- nos hacen la mala pasada de meternos dentro de la pantalla. Si ninguno de los realizadores pretendieron hacer una propaganda, se defraudaron y mucho: “Cocalero” es un himno a Bolivia, un homenaje a los aborígenes y un halago enaltecedor a Morales y sus compañeros. La lección está aprendida: Para mostrar algo hay que meterse dentro y hacerse parte.
Evo no es un hombre, sino el nombre que tomaron los bolivianos para hacerse oír. La hoja de coca no es una reivindicación, sino la contradicción central donde todo se transforma. Bolivia no es un pueblo: Somos todos. Si alguna vez quisimos vivir una revolución popular y democrática, esta es la oportunidad de estar dentro de una. El filme construye su propia línea narrativa, y desplaza estructuras conocidas para fundar una nueva épica de la aventura política. Y eso alcanza hasta para una final feliz.-
 

REMONTANDO UN CAMINO


Mostrando un recorrido en reversa, las historias que cuenta Ulises de la Orden en su documental “Río Arriba”, exponen un mundo que en parte desconocemos: El de los zafreros de la caña del azúcar en el noroeste de nuestro país. Una muy buena propuesta del Espacio 73 y su ciclo de cine.
Como quien se disculpa sin tener nada que ver, excepto la historia familiar, el novel director Ulises de la Orden muestra en su documental “Río Arriba” un aspecto innegable pero ancestral del “progreso humano”: Los ingenios y la zafra que utilizaron inhumana y desconsideradamente a los aborígenes norteños argentinos y a sus vecinos de fronteras afuera.
El ingenio azucarero San Isidro, en la provincia de Salta, es el comienzo de un recorrido que nos llevará a nuestros propios orígenes prehispánicos, y De la Orden narra con su propia voz una historia bien articulada, sin relaciones forzadas en el argumento. El paisaje ayuda y mucho a que la fotografía sea excelente, y puede notarse un muy buen manejo de cámara. Esta especie de “documental de autor”, absolutamente personal y demoledoramente honesto, refresca el género.
El poblado de Iruya es el fin, el destino del camino, y la vida del aborigen y sus descendientes, y la cultura de sus pueblos , como los calchaquíes, aimarás, diaguitas, kollas, reflejada en el cultivo en terrazas, la cría de ganado menor, la artesanía. Cuando viene el “volcán” –nombre que le dan a las inundaciones barrosas, como la que arrasó hace poco tiempo con Tartagal- nada queda en pie. Producto del descuido forzado de las terrazas ancestrales, que sin mantenimiento se deterioran y crean serios peligros para los pobladores.
Lo bueno de este documental es el hilo que toma la narración a través de la voz del propio realizador, algo que los jóvenes cineastas parecen haber olvidado, preocupándose más por la música o la estética visual, cuando la época del cine mudo ya pasó. Lo malo es que no hay imparcialidad, pero no resulta tan agobiante eso ante la preponderancia de los argumentos históricos, científicos e ideológicos que aporta De la Orden.
Los necesarios 72 minutos que ocupa la cinta están bien acompañados por la música del maestro humahuaqueño Ricardo Vilca, no sobra nada y falta muy poco. La producción llegó a otros países con excelente recepción por parte del público y los medios, y se estrenó simultáneamente en 20 ciudades de nuestro país el 12 de abril pasado.-

Productor ejecutivo: Kato Lajos / Realización: Ulises de la Orden
Guión: Paz Encima, Germán Cantore, Miguel Perez, Ulises de la Orden
Fotografía: Lucio Bonelli / Montaje: Germán Cantore / Estructura: Miguel Perez
Producción: Juan de la Orden, Ulises de la Orden, Manuela Willimburgh
Música original: Ricardo Vilca ( junto a José Toconás –charango-, José Gonzalez -aerófonos andinos-, Raúl Tolaba –bajo-) / Música invitados: Javier Soria (violoncello), Diego Titiro (percusión) / Musicalización: Fernando Bustos
Sonido Directo: Mark Dickinson, Jorge Alvarez, Germán Chiodi / Post-producción de sonido: Mark Dickinson / Mezcla final de sonido: Mark Dickinson y Rufino Basavilbaso / Técnicos de grabación de la música original: Fernando Bustos y Diego Titiro
Asistente de Dirección: Laura Citarella / Asistente de Cámara: Federico Cantini / Cámara en material gráfico Billiken: Soledad Rodriguez / Foto fija: Federico Cantini y Laura Citarella / Operador de Steadycam: Lucio Bonelli y Federico Cantini / Construcción de grips: Sebastián Orella
Diseño de vestuario y utilerías: Saula Benavente / Títulos y diseño gráfico: Nicolás Risso / Storyboard: Rodrigo Moscoso y Corcha / Traducciones: Silvia Martin y Marthy Van Biessem / Seguros: María Reviriego

HÉROES ENTRE NOSOTROS


Un documental que comenzó a exhibirse días atrás relata el trabajo que el riojano Joaquín Víctor González –ministro del Interior de la segunda presidencia de Julio Argentino Roca- le solicitara al “médico-ingeniero-abogado-empresario” español Juan Bialet Massé sobre los trabajadores de las provincias de la República
"Bialet Massé, un siglo después" es el título del trabajo que el cineasta Sergio Iglesias filmó sobre el español argentinizado Juan Bialet Massé, y que relata en estilo documental la obra de quien fuera el autor del "Informe sobre el estado de la clase obrera en el interior de la República". La historia cuenta que, en 1904, el genial chileciteño Joaquín Víctor González -que en ese momento ocupaba la cartera del Interior bajo la segunda presidencia de Julio Argentino Roca- solicitó a Bialet Massé investigar y redactar un amplio informe sobre la realidad social y laboral del trabajador argentino, para analizar y promover una seria reforma a la legislación laboral existente.
Bialet Massé era doctor en medicina, abogado e ingeniero. Catalán y exiliado de España por su ideología republicana, vivía en Córdoba y había fundado en la Facultad de Derecho de la antigua universidad mediterránea la cátedra de Legislación del Trabajo. El español recorrió todo el país, y describió en unas 1.500 páginas que muchos obreros trabajaban en empresas que poseían sus propias fuerzas de vigilancia -frecuentemente armadas- con el fin de controlar el accionar de su personal, que cobraban con vales –tipo “ticket”, casualmente-, se alimentaban muy mal y vivían en condiciones insalubres. El informe fue entregado el 30 de abril de 1904 en propias manos a González.
El trabajo artístico de Iglesias recorre en apenas 95 minutos las mismas 14 provincias que desandó Bialet Massé en tres largos meses, pero repreguntándose ya no solo por el trabajador, sino por el ser humano. Bialet Massé escribe el informe, González prepara los proyectos legislativos, y un ya renombrado José Ingenieros nos dice que “el proyecto de Ley de Trabajo que por comodidad llamaremos Ley González, constituye un importante ensayo de socialismo de Estado, muy superior a todos los que le han precedido; nadie en la República habría osado esperar un ensayo tan completo”. El proyecto es virtualmente despedazado en el Senado de la Nación por dos sectores contrapuestos: Los conservadores y los socialistas, la derecha y la izquierda tan típicamente argentinas en sus incoherencias y contradicciones.
“Nuestro más eminente político de la cultura”, como describieran a González los eminentes Bernardo Houssay, Jorge Luis Borges y Raúl Presbich, se siente doblemente traicionado y funda, en un sutil acto de auto-desagravio, la más progresista casa de altos estudios del país por ese entonces, la Universidad Nacional de La Plata.
Bialet Massé, proyectista de nuestro Dique de Los Sauces, rector en 1876 de nuestro Colegio Nacional, y constructor del primer Dique San Roque, anticipa el provocado fracaso de su obra social en la nota de elevación del informe: “Los que saben que a mí no me es extraño ningún oficio desde la carpintería y la herrería hasta el ajustaje y el montaje, desde la fabricación del ladrillo y de la cal hasta la fundición y el tallado, y que he organizado muchos obradores, muchos talleres y mucho personal, desde el peón de terraplén hasta el ingeniero, no se han atrevido a decirme lírico; pero cuando les he hablado de mi experiencia personal se han encogido de hombros, unos porque no me han entendido; otros porque estaban resueltos a no dejarse convencer”. El español se recluye en otro templo de la sabiduría –la Universidad Nacional de Córdoba-, y se transforma en el primer catedrático de Latinoamérica en dictar la materia de Derecho del Trabajo y Seguridad Social.Desafiante e irónico en su informe, Bialet Massé relata a Roca –autor intelectual y partícipe necesario del genocidio aborigen llamado Conquista del Desierto-: “En verdad, no se hace con el indio sino exagerar la explotación que se comete con el cristiano, a pesar de su habilidad para el trabajo de hacha (...) los indios (tienen) un terror pánico al ejército de línea, aquí como en todas partes el indio tiene un verdadero horror al látigo, el fusil y el sable; que lo traten bien, dice y el indio no será malo (...) En San Cristóbal, un oficial de alta graduación cree que lo único que hay que hacer es exterminarlos, y si queda alguno llevarlo a la Tierra del Fuego. ¿Y si a usted le hicieran eso, que diría? –Es que yo no soy indio, me contestó”.-