5/3/08

POLÉMICAS EN PANTALLA


La coordinadora nacional de Espacios INCAA estuvo el primer mes del año en La Rioja y habló sobre las problemáticas de la cinematografía argentina. Un aporte al debate permanente entre el arte, la industria y el Estado. La profesional respondió una de las cuestiones que más interesan a los riojanos: ¿para cuando los 35 mm en el Espacio 73?



No está tan lejos en el tiempo la época en que el cuestionado locutor Julio Maharbiz dirigía el Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales, luego de su arrasador paso por Radio Nacional. Pero parece que algo se aprendió desde esas épocas en que el manejo discrecional de los recursos para el desarrollo de nuestro cine que hizo estragos en las producciones nacionales.


La jujeña María José Fascio es “gestora cultural”, y desde hace un tiempo actúa como coordinadora nacional de los Espacios INCAA, una red de 21 salas –desde Formosa hasta la Antártida- que el Instituto lleva adelante junto a los gobiernos provinciales, municipales y otras organizaciones, con el objeto de difundir la producción nacional fuera del circuito comercial. Solo 9 de estas salas son exclusivamente digitales (DVD) –entre ellas la riojana Espacio INCAA Km 1173 o Espacio 73-, seis exclusivamente de 35 mm., y otras seis tienen ambas tecnologías (35 mm. y DVD).


Fascio explica que “los Espacios INCAA están funcionando desde el año 2004, llevan en su haber tres administradores: Shargrosky, Krause, y yo desde mayo de 2007. El circuito no tiene nada de alternativo, su única premisa es difundir el cine nacional y con una función eminentemente social. Cuando hablo de social digo que los boletos tienen que tener un precio lo más próximo al bolsillo de cualquier ciudadano y darles facilidades a los que están sindicalizados o pertenecen a alguna asociación importante de la localidad”.


DataRioja (DR): -En La Rioja hay un problema “técnico”, que es la falta de un proyector de 35 milímetros, lo cual nos impide ver ciertos estrenos nacionales hasta que no lleguen a DVD ¿Se pude hacer algo sobre este tema?


María José Fascio (MJF): -Es algo que exigía llegar a un consenso previo. Cuando se abrió la sala de La Rioja y se instaló el proyector digital, había que ver la reacción de la gente con la sala, porque hacer una inversión de entrada de alrededor de 150 mil pesos en equipamiento para que la gente no te responda -por más que la cultives, la eduques, la formes, la incentives, y no le interese-, no le pareció en ese momento lo más indicado a la gente que manejaba cultura, y entonces dijimos “vayamos por un Espacio digital”. Hoy es un Espacio “adolescente”, ya tiene demanda propia, ya tiene un público cautivo, empieza a tener otras necesidades. Ya el planteo es cómo hacemos para llegar a la instancia 35 milímetros, que quiero dejar en claro que no es una instancia económica bajo ningún punto de vista, no es lo mismo tener un Espacio digital que tener unos de 35. Si bien en este momento ya tiene lo más importante, tiene la cáscara y la tiene excelente, y con toda la demanda, ahora si, podemos ver qué hacemos para tener la sala 35 milímetros que es la que nos falta.


Va a requerir una inversión económica importante, que va a ser compartida –no por que corresponda que sea compartida, por que debería ser una inversión de la Secretaría de Cultura-, por cuestiones de inteligencia y táctica: En este juego no estamos solamente nosotros, que somos los organismos estatales, sino que están los privados, que son los que nos van a proveer el equipo. Tenemos que pensar que prácticamente en la Argentina estos equipos son monopólicos, los manejan 2 ó 3 empresas, y hay que jugar con eso también, porque sino los precios varían mucho en razón de lo que vale el equipo, tenemos que ser inteligentes para conseguir un buen equipo al precio adecuado. Estamos hablando de fondos públicos.


El 2007 pasó a ser un año de película, por la cantidad de producciones nacionales –casi 90- que se estrenaron, pero las declaraciones de eximios realizadores –como Adolfo Aristarain- pusieron al rojo vivo la polémica sobre qué cine queremos los argentinos, y cómo lo hacemos.El año que se fue permitió la convivencia de películas de excelencia –como “La Antena” de Esteban Sapir-, temáticas universales muy bien tratadas –como en “XXY” de Lucía Puenzo, nuestra frustrada representante en los premios Oscar-, burdas copias del cine norteamericano –como “La Señal” de Ricardo Darín y Martín Hodara-, y productos del negocio del entretenimiento –como “Incorregibles” de Rodolfo Ledo-.


DR: -Sobre la calidad de las películas que ha financiado el INCAA ¿Hay un control?


MJF: -Si. Cada película que se presenta como proyecto al Comité, pasa por tres comités, que son independientes a las autoridades del Instituto. Son elegidos por el Consejo Asesor, formado por representantes de las provincias, del sindicato de la industria cinematográfica (S.I.C.A.), y por productores y directores. Este es un cuerpo colegiado, del que no forman parte ni el presidente, ni el vicepresidente ni los gerentes, y que elige a las personas que van a formar parte de esos tres comités, que son tres filtros que tienen que pasar los proyectos para que el Instituto los financie.


DR: -Ahora, ¿cómo se explica que este año en el que el país produjo más películas que nunca, la única que tuvo la posibilidad –“XXY” de Lucía Puenzo-, no resultó nominada para los premios Oscar? ¿Por producir muchas películas no bajó la calidad?


MJF: -No tiene nada que ver lo de los Oscar. A mi entender –esto es muy personal, y no la palabra del Instituto- lo que pasa con los Oscar es que buscan que las películas hablen de las miserias del mismo país. Y “XXY” es una película universal. Muy buena, con una problemática que puede suceder en cualquier parte del mundo. Y los Oscar buscan para ese segmento, un trabajo de “autor”, que hable mucho de las problemáticas socioeconómicas y antropológicas de cada país.


Sin embargo, a la opinión de Fascio se oponen premios a filmes tales como “Todo sobre mi madre” (1999, del español Pedro Almodóvar, con Cecilia Roth), “Hable con ella” (2002, mejor guión original, también de Almodóvar, con Darío Grandinetti), “Carácter” (1997, del holandés Mike van Diem) y “El tambor de hojalata” (1979, del alemán Volker Schlöndorff, basada en una novela de su compatriota Günter Grass), donde se tratan temas universales, adaptados a las circunstancias de cada país y época. De hecho, cada película ganadora –o no- hablan desde su lugar en el tiempo y el espacio, pero de una manera tan universal que puede ser comprendida por todo el mundo. Y por eso son reconocidas.


Los créditos del INCAA en 2007 fueron otro tema interesante, con 38 filmes y 19 millones de pesos en subsidios: Las películas “La Señal” –dirigida por Ricardo Darín y producida por PampaFilms- y “El Frasco” –en postproducción, de Alberto Lecchi y Zarlek Producciones, con Dario Grandinetti y Leticia Brédice- se llevaron 700 mil pesos cada una, mientras que consagrados directores como el poeta de la imagen Eliseo Subiela con “Las Consecuencias del Amor” –producción de A La Carta Films y Manuel Santos Bello, con Sofía Gala y Guillermo Pfening- solo recibió 115 mil pesos de crédito. Por su parte, el actor y director Víctor Laplace para su filme “Nostalgias del Viejo Patriarca” –producida por Valga, de la cual no hay ni noticias aún- recibió solo 30 mil pesos... ¡Una bicoca!


Nuestro cine, diría el crítico argentino Jorge Carnevale está poblado de películas que “en otra época eran solo borradores que se filmaban en Súper 8 entre amigos (...) la gente se queja que el nuevo cine argentino es moroso, aburrido y lento”. La experiencia de los ingleses sobre la “Quota Act” -una especie de “cuota de pantalla”, que obliga a los dueños de las salas comerciales a exhibir un porcentaje de filmes nacionales- debería ser tomada en cuenta para nuestra política de promoción cinematográfica. El ex director de la Academia Cinematográfica Británica, Roger Manvell, dice en su libro “Film” (1962): “Dicha obligación legal estimuló a productores inescrupulosos para financiar películas indignas y mal realizadas, y que rara vez se empleaban como complemente de las norteamericanas. A estos productores solo les interesaba ganar dinero fácil”.-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LA SEÑORITA MARIA JOSE FASCIO NO ES GESTORA CULTURAL APENAS TERMINO EL BACHILLER!!!
Y LLEGO A DONDE ESTA POR SUS RELACIONES PERSONALISIMAS Y POR POLITICA.
FUE ECHADA DE JUJUY.

Anónimo dijo...

LA PERSONA QUE HIZO ESE COMENTARIO ESTA MAL INFORMADA NO SE DEVE DESCALIFICAR A UNA PERSONA POR QUE SI SOBRE TODO A UN JUJEÑO QUE ÑOS REPRESENTA EN OTRA PROVINCIA